La consciencia un factor esencial en la interacción personal

 Aún hoy, (naturalmente no diré mi edad, pero sí que llevo más de 35 años gestionando y asesorando empresas), mantengo dos cualidades que considero imprescindibles para el aprendizaje y el crecimiento personal; una sana curiosidad y la capacidad de admirarme incluso ante lo cotidiano.

Es por ello que antes de escribir este artículo sobre mi experiencia con la consciencia como factor determinante en los procesos de interacción personal, quise “curiosear” averiguando cómo sería mi experiencia si mi interlocutor fuera una IA.  Para ello recurrí a una de esas plataformas de IA planteando la siguiente cuestión “¿podrías escribir unas palabras que pudieras pronunciar en tu funeral? Naturalmente lo de menos eran las palabras, por cierto bastante correctas, sino se trataba de comprobar si la IA podía captar la evidente contradicción que suponía estar muerto y pronunciar unas palabras.

En este caso parece que no, aunque tanto la ficción (2001 A Space Odyssey escrita por Arthur C. Clarke ) como la propia ciencia (Blake Lemotne) creen que esto será posible en poco tiempo.

Los seres humanos en la mayoría de las ocasiones tampoco nos encontramos en un estado de consciencia plena. Según un estudio reciente de la multinacional Huawei sobre una muestra de 10.000 europeos encuestados, habitualmente el número medio de decisiones que tomamos en un día es de unas 35.000.

De esos miles de decisiones en el 99,7% de los casos no somos conscientes de nuestros actos, es decir, apenas 100 al día cuentan con nuestra plena atención, unas 4 cada hora. Esto nos lleva a pensar que, dado que somos consecuencia de lo que hacemos a diario, una gran parte de lo que construimos en nuestra vida depende de nuestros hábitos.

 Aunque personalmente considero exagerado estos porcentajes es indudable que debemos prestar mucha atención a nuestros hábitos ya que son una vía trascendente de crecimiento personal y empresarial, además de mejorar nuestro bienestar personal.

Si te paras a pensar la última decisión que has tomado hoy evidentemente está siendo leer este artículo. Por favor dime, ¿ha sido una decisión/acción tomada por inercia o conscientemente?

En este último caso me sentiría muy honrado y al mismo tiempo responsable de poder aportarte algo de valor que pudiera serte útil en estos momentos, o en un futuro cercano.

Como decía en mis artículos anteriores, el nivel de consciencia que tiene nuestro interlocutor sobre el asunto sobre el que queremos interactuar es determinante tanto en la estrategia a seguir como en las técnicas utilizadas. Según mi experiencia tanto si se trata de transmitir una simple información, una acción formativa, conocimiento o una negociación, podemos construir cuatro arquetipos elementales sobre la base del nivel de consciencia de nuestro interlocutor.

En el siguiente cuadro los he resumido:

Primer arquetipo ALUD.  Nuestro interlocutor es una persona que es consciente y tiene conocimiento del asunto objeto del que se trata. Por ejemplo, si es un autónomo con dificultades, seguramente sabrá dónde necesita ayuda, (financiación, formación etc..) y estará abierto a recibirla. Será exigente en cuanto a la calidad del servicio, y en muchas ocasiones ya habrá tomado una decisión antes de conocerte por lo que no perderá el tiempo si no percibe un valor añadido claro. Como negociador será duro pero justo por lo que en un porcentaje elevado alcanzará acuerdos.

Segundo arquetipo LAUD.  Este es quizás el arquetipo más estimulante. Se trata de una persona que es consciente de sus limitaciones que demanda abiertamente ayuda. Por ejemplo, un pequeño empresario que tiene la oportunidad de exportar y es consciente de que no cuenta ni con la experiencia ni con los recursos humanos y materiales necesarios para ello. Los profesionales encontramos en este caso una conexión rápida y directa con el empresario. La propia naturaleza de este arquetipo hará que de ser positiva la experiencia, esa conexión permanezca en el tiempo.

Tercer arquetipo DUAL. Entramos en terreno algo más complicado. En este caso nuestro interlocutor no es consciente de que realmente tiene un elevado conocimiento del asunto en cuestión. Suele tratarse de personas con un perfil emocional bajo. En la mayoría de las ocasiones es necesario comenzar a trabajar su autoestima, (a veces suele ser interesante que nos cuente su biografía señalándole sutilmente los hitos que lo ha traído hasta nosotros). Se les reconoce rápidamente por el grado de madurez que demuestran en otros asuntos de su vida, que incluso a veces requieren mayores esfuerzos, que el necesario para encontrar una alternativa al que se plantea.

Cuarto arquetipo ADUL. El nombre tiene algo de sorna porque el ADUL en Marruecos, por ejemplo, es el asesor del cadí una persona notable que merece toda confianza. Es el peor de los arquetipos elementales ya que nuestro interlocutor no es consciente de que no tiene conocimientos sobre el asunto en cuestión, pero a pesar de ello está dispuesto a tomar cuantas decisiones sean necesarias, y apenas dará valor a nuestra intervención. Unas veces lo llamará suerte, otro destino, pero difícilmente será el constructor de su vida. Aquí la interlocución se vuelve compleja debiendo valorarse las posibilidades reales de éxito antes de invertir nuestro tiempo.

El método Honeyguide como decíamos tiene como uno de sus objetivos ayudar a los empresarios, profesionales, autónomos y a cualquier persona en general que deba tomar decisiones en un entorno complejo, a alcanzar de una manera rápida, inteligente y económica, aquellas soluciones que le conduzcan a un nivel superior de su proyecto.

Para ello, el reconocimiento de estos cuatro arquetipos elementales es fundamental para poder “conectar” de una manera eficiente y comenzar a “compartir” inteligencias y energía que son la clave que está detrás del método. Las estrategia, técnicas y objetivos del método se van adaptando según el arquetipo.

En el siguiente artículo describiremos los seis escenarios básicos que se pueden dar cuando interactúan dos personas de distinto nivel de consciencia. Ahora que se acercan unas nuevas elecciones puede ser entretenido, tomando como asunto la mejora de la economía, intentar encuadrar a los distintos líderes políticos en uno de estos arquetipos.

Para finalizar, si has llegado hasta aquí me gustaría que ahora te hicieras una nueva pregunta:  “Era así como quería invertir mi tiempo?. Me encantaría que la respuesta fuera positiva, pero sea cual sea la respuesta, lo verdaderamente valioso de este artículo esta precisamente en la propia pregunta que deberías tomártela como una herramienta cotidiana a la hora de invertir tu tiempo, talento y energía.