Construyendo tu destino

Probablemente el comienzo de cada año sea el momento en el que la mayoría de nosotros formulamos más o menos conscientemente nuevos propósitos para mejorar nuestras vidas.

En anteriores artículos como el que publicamos bajo el título “Cuatro arquetipos básicos y un funeral” hablábamos de la necesidad de mantener durante el mayor tiempo posible un estado de consciencia presente que nos ayude en el proceso de toma de decisiones a realizar acciones orientadas hacia el éxito que en nuestro caso definíamos como la consecución de nuestros objetivos. (Acertados o no)

Pero aun siendo un practicante aplicado, la mayoría del día no podemos mantener una consciencia plena. La energía requerida para ello excede de nuestras capacidades por lo que según se ha demostrado en numerosos estudios la mayoría de nuestras decisiones las tomamos automáticamente.

Dicho de otra manera, un porcentaje altísimo de las acciones que ejecutas al día no se corresponden con decisiones reales y conscientes sino son la consecuencia de tus hábitos. Por tanto, nuestra vida, incluyendo nuestra relación con el entorno, es la consecuencia de lo que decides a diario, es decir, de tus hábitos.

El hábito se convierte así en un eslabón esencial de la cadena que construye tu vida, tu destino. De ahí la importancia de adquirir unos buenos hábitos que te ayuden a mejorar y avanzar tanto en la consecución de tus objetivos como en tu relación con el entorno.

Mi experiencia personal y profesional me ha permitido comprobar la dificultad de seleccionar hábitos que sean asumibles por todos de manera generalizada. Al fin y al cabo, el bienestar personal es una percepción subjetiva. He recogido en este decálogo aquellos que considero fundamentales y con mayor potencialidad para transformar nuestra realdad.

DECÁLOGO 2024

1. Cuida tu cuerpo. ¿Te has preguntado si tu cuerpo te lleva a ti o eres tú quien lleva a tu cuerpo? La neurociencia ha demostrado que además de los cinco sentidos tradicionales existen otros dos externos, la interocepción y la propiocepción.

Estos nuevos sentidos son los que mandan información a nuestro cerebro sobre cómo están funcionando nuestros órganos o la postura de nuestro cuerpo. Esta información es procesada y a través del sistema endocrino nuestra mente interpreta la realidad. Por ejemplo, aunque no estés triste, si la información que recibe nuestro cerebro es que estamos encorvados, con el pecho hundido, hormonas como la oxitocina o serotonina disminuirán sus niveles abriendo la puerta de nuestro corazón a la tristeza.

Por ello nuestra primera propuesta es activar nuestro cuerpo. Hacer ejercicio con cierta constancia, correr, andar y hacer ejercicios de elasticidad. Si además la práctica de vez en cuando la realizas en contacto con la naturaleza mejor que mejor.

2. Aprende a respirar con consciencia. Probablemente es el mejor antídoto contra la ansiedad, el estrés o la depresión. Si has puesto en práctica nuestra primera propuesta y has elegido, yoga, pilates, tai chi o cualquier otro arte marcial, comprobarás la verdad de lo que te digo. Dedica al menos tres momentos en el día para practicar esta propuesta increíblemente eficaz.

En nuestro artículo “Un plan de bienestar para autónomos y pymes” te explicamos una forma sencilla de iniciarte en esta práctica.

3. Expresa con naturalidad tus emociones. Por mucho que nos vendan que estamos en un mundo más conectado que funciona en redes cada vez más extensas, la realidad es que cada vez nos sentimos más solos.

Una de las razones quizás sea que estamos delegando nuestra capacidad de comunicarnos, algo esencial en el ser humano, en los canales actuales como las redes sociales y aplicaciones de mensajería que limitan la riqueza, complejidad y profundidad de lo que deseamos expresar.

Las emociones son las que nos impulsan a actuar, por ello es importante aprender a gestionarlas. Expresarlas de forma adecuada nos ayuda a aceptarlas y liberarlas de forma que las utilicemos de manera positiva.

4. Ten un propósito de vida. Son muchas las maneras con las que se define, pero podemos describirlo como aquello que da sentido a tu vida y la huella que quieres dejar en el mundo, aquello por lo que te gustaría que la gente te recordara. Encontrar tu propósito guiará tus acciones bajo cualquier circunstancia en la dirección que quieres ir. Dará coherencia a tu vida alineando tu profesión, tus relaciones o tu dieta. Vivirás con mayor entusiasmo, invertirás mejor tu tiempo y energía

5. Sé consciente de tu dialogo interior. Casi siempre verbalizamos el pensamiento y por tanto lo que nos decimos, y sobre todo, cómo nos lo decimos es fundamental a la hora de determinar nuestro bienestar. Si te hablas con negatividad o dureza, no necesitarás enemigos ya que tu te convierte en tu más eficaz saboteador. Eres lo que te dices. Nuestro dialogo tiene el poder de transformar nuestra mente y por tanto afectar a nuestro cuerpo. Quiérete, respétate. Analiza lo que te dices y sustituye, por ejemplo, las expresiones absolutas y negativas por otras relativas o más positivas, por ejemplo, si escuchas en tu interior a tu ego decir “como siempre, ¡no lo vas conseguir!” reescribe el guion con “lo estoy intentando y eso es lo que importa”.

6. Trabaja la visualización. Recrear una acción en la mente y llevarla a cabo no es tan distinto como nos pudiera parecer. De echo ambas activan las mismas partes de nuestro cerebro. Es una técnica muy efectiva para entrenar nuestra mente y nuestro cuerpo en post del logro de unos objetivos. La realidad tiende a alinearse con lo que visualizas por lo que inconscientemente tenderás a elegir aquellas acciones que facilitan su construcción, ¡Ojo tanto positivas como negativas! Todos podemos visualizar, pero es una técnica que has de entrenar y utilizar bien.

7. Sonríe más. Además de gratis, empezar el día con una sonrisa implica que tu organismo y tu cerebro esperen que las cosas van a ir bien. Se generan endorfinas, aun cuando lo hagas sin motivo. Tus relaciones mejoraran y serás mejor aceptado en el ámbito profesional y social.

8. Recupera tu capacidad de admirarte. La admiración es el motor del conocimiento. Aprender algo nuevo cada día activará la plasticidad de nuestro cerebro. Ten por costumbre plantearle desafíos, obligarle a comprender a los demás y ponerse en su lugar. Ten por norma escuchar atentamente, con humildad y capacidad de crítica. Dedica algún tiempo a la observación, a introducir pequeños cambios en tus rutinas.

9. Aprende a gestionar tu ego. Decía Gandhi que cuando el ego muere el alma despierta. Nuestro ego en la mayoría de los casos nos aleja de lo que de verdad “somos”, nos invita a vivir en modo automático para que nuestras decisiones lo protejan privándonos de una vida plena. Nos convierte en personas competitivas en su peor sentido y nos hace desconfiar de los demás. El ego pondrá «el tener» como motor de tu vida por lo que nunca te sentirás satisfecho. Aprender a gestionar el ego es fundamental para pasar al siguiente nivel en tu vida.

10. “Ama y haz lo que quieras”. La frase la he tomado prestada de San Agustín, a quien se le atribuye y creo que es una síntesis perfecta del sentido último de nuestra existencia. Cuando te enfrentas a decisiones difíciles, a situaciones que te generan zozobra, asegúrate de tener un corazón pleno de amor y actúa con toda la libertad del mundo, porque hagas lo que hagas, pase lo que pase, todo estará bien.

He intentado seleccionar aquellos hábitos que personal y profesionalmente pienso que tienen un mayor poder transformador de nuestra vida. Naturalmente cada uno de ellos por sí solos merecería un artículo y a ellos dedicaré los próximos diez.