Una inversión al alcance de todos

La Organización Mundial de la Salud publicó en 2010 su modelo “Entornos de Trabajo Saludables y Bienestar Organizacional” que parte de la siguiente premisa “…la riqueza de los negocios depende de la salud de los trabajadores”. Si eres autónomo o Pyme seguramente habrás sentido con dureza la verdad de esta afirmación. Las medianas y grandes empresas están incorporando a sus sistemas de fabricación, imagen y gestión de los recursos humanos la idea de sostenibilidad de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible que firmaron los principales líderes mundiales el 25 de septiembre de 2015.

El Bienestar Organizacional se encuadraría en los objetivos 3y 8 de dicha Agenda. En nuestro caso podemos definir como el Bienestar en nuestro trabajo o negocio, como la capacidad que éste tiene para promover y mantener nuestro bienestar físico, psicológico y económico.

Las áreas que engloba un Programa de Bienestar son, el Entorno Físico del Trabajo, el Entorno Psicosocial, y los Recursos de Salud. Cada una ellas conllevan unos riegos para los que el Programa debe prever unas medidas correctoras. A modo de ejemplo las presentamos en el siguiente cuadro:

ÁreasRiesgosMedidas (Ejemplos)
Entorno FísicoQuímicos Biológicos Físicos Ergonómicos EtcProgramas de Prevención y Riesgos Laborales
Entorno PsicosocialMala organización el trabajo Dificultad de conciliación familiar Falta de descanso Turnos excesivos EtcModificar cargas de trabajo Mejorar nuestras capacidades en la gestión del conflicto y emociones Saber flexibilizar los ritmos de trabajo Introducir el mindfulness  
Recursos de SaludInducir a la inactividad física Deteriorar los hábitos de alimentación Generar problemas de sueño y descanso No tener tiempo para “ir al médico” EtcRealización de ejercicio Aprender a gestionar el tiempo Adquisición de hábitos saludables Aprovechamiento del descanso

Excedería del formato de este artículo hacer una descripción exhaustiva de lo que podría ser nuestro particular Programa de Bienestar, por lo que nos centraremos exclusivamente en una técnica encuadrada en las medidas correctoras incluidas en las áreas Psicosocial y Recursos de Salud, que nos van a permitir disminuir algunos de los riesgos más frecuentes en nuestro tipo de actividad, no obstante el Método Honeyguide permite abordar esta cuestión de una manera integral y sistemática para todos aquellos que estén interesados. Periódicamente organizamos talleres para autónomos y profesionales en donde se enseña a elaborar tu propio Programa de Bienestar Personal. (www.marcelinocolete.com)

LA RESPIRACIÖN ESA GRAN DESCONOCIDA

Aunque nos parezca mentira no sabemos respirar. Una persona adulta realiza de promedio unos 900 millones de respiraciones en su vida, de las cuales un muy bajo porcentaje lo hacemos de forma controlada. Es de las pocas funciones fisiológicas que podemos controlar y además como veremos a continuación tiene un valor determinante en nuestro rendimiento, bienestar y eficacia.

En reposo de promedio realizamos 15 ciclos por minuto (inspiración, expiración). En condiciones de estrés o miedo podemos subir a entre 25 o 30 ciclos por minuto. Sin embargo, en un estado de relajación bajamos a 6. Podemos afirmar sin ninguna duda que “estamos” como respiramos.

La razón principal por la que resulta muy interesante entrenar el control voluntario de la respiración se encuentra en que al hacerlo estamos generando una gran atención de nuestra parte consciente, se realiza desde la corteza cerebral, de ahí por ejemplo la potencia de la meditación. Según la ciencia las áreas del cerebro involucradas en este ejercicio se corresponden con las de las emoción, atención, memoria y aprendizaje.

Occidente a través de la ciencia ha llegado a la misma conclusión que oriente con la práctica de algunas disciplinas como las artes marciales tradicionales, yoga o Qi gong, la respiración es la puerta más directa a nuestra mente.

A continuación, describiremos los 6 pasos que nos ayudarán a hacer de la respiración una herramienta útil y potente para el mejor desempeño de nuestra actividad profesional.

PASO 1. Elegir una posición cómoda, sentado o de pie. Llevaremos toda nuestra atención a la respiración. Si la mente se “escapa” no importa, simplemente sonríe y vuelve a focalizarla en tu respiración. Quizás cerrar los ojos te ayude.

PASO 2. Respiración nasal. Es fundamental que realicemos la inspiración por la nariz. Algunos sin darnos cuenta respiramos demasiado por la boca y eso limita sobre manera los efectos positivos ya que en nuestra nariz se encuentran una enorme cantidad de “sensores” que activan las zonas de nuestro cerebro anteriormente citas. La expiración la haremos por la boca. Procuraremos que la inspiración sea más corta que la expiración.

PASO 3. Profundidad. Imagina que el aire llega a tu vientre y desde ahí sube hacia arriba. Al principio mueve voluntaria y suavemente el vientre, como un fuelle, inflándolo al inspirar, y relajándolo al expirar. Puedes ayudarte colocando tu mano en el vientre.

PASO 4. Circularidad. Haz coincidir el final de la inspiración con el inicio de la expiración, construyendo un círculo virtuoso que se hará cada vez más placentero.

PASO 5. Percibe tu respiración como algo delicado, sin rigideces, algo que sucede de forma natural.

PASO 6. Ralentización. Poco a poco realiza un ciclo de mayor duración. No lo fuerces, simplemente deséalo, tu cerebro ordenará al sistema endocrino la generación de hormonas como la oxitocina o las endorfinas que a través del sistema nerviosa obrará “el milagro” del “No Hacer”.

La práctica regular de este entrenamiento, 5 minutos los primeros días subiendo luego hasta los 15 minutos, ya es de por sí una herramienta potente, pero unida a determinados movimientos físicos, nos proporcionará un aumento sustancial a través de la mejora de nuestras capacidades, como la creatividad, persuasión o resiliencia, pero lo veremos en nuestro próximo artículo.