“Supongamos que tenemos un abrelatas…”

En nuestro anterior artículo apuntábamos la posibilidad de que el bienestar personal pudiera convertirse en un factor de competitividad para las empresas, dado que “un trabajador feliz” es más productivo según los últimos estudios publicados a nivel internacional por lo que existe una tendencia clara por parte de las empresas a incluir el bienestar personal en los planes de salud y bienestar organizacional.

Una de las cuestiones básicas es conocer si realmente este activo de las empresas es ciertamente un bien gestionable, o por el contrario, escapa a los márgenes de actuación de la política de recursos humanos.

En marzo de 2002 tuve ocasión de compartir una sesión de trabajo con el empresario Jose Manuel Lara Bosch, entonces presidente del grupo Planeta y Mediaset, en la que abordábamos su participación en unas jornadas sobre lo que significaba ser un empresario de éxito.  Ni que decir tiene que aprendí muchísimo, y que también me sorprendí de igual manera. Sin duda valdría la pena dedicar un artículo a aquel encuentro, pero ahora me gustaría recordar unas palabras suyas sobre lo que el entendía por bienestar personal.

Colete ¿sabe usted cuando sé que me encuentro ante una persona que ha alcanzado una cota de bienestar realmente madura…?, cuando es capaz de reírse sin ningún pudor de sí mismo, especialmente cuando se equivoca

Con el paso del tiempo he podido encontrar la base teórica de tal afirmación, comprobando cuan acertada era esta aseveración, y si tienen algo de paciencia, creo que podré explicarme.

Para responder a la pregunta que encabeza este artículo tendríamos que conocer al menos tres cuestiones esenciales. ¿Conocemos los factores que definen el bienestar? ¿Podemos medirlos? ¿Podemos influir efectivamente sobre ellos?

Una de las aportaciones más interesantes sobre este asunto la ha realizado en los últimos años la Psicología Positiva, con Martin Selligman como precursor principal. Según esta teoría los factores que definen el bienestar son:

  • Las emociones positivas, tales como, gratitud, esperanza, curiosidad etc…
  • El compromiso, acciones en las que alcanzamos un estado óptimo de activación, concentrándonos plenamente en el presente, tales como la lectura, el deporte, la música etc.…
  • Las relaciones positivas, aquellas que nos hacen mejores, evidentemente hay que huir de las de sentido opuesto.
  • Tener un propósito y significado a los que dedicar nuestro tiempo, energía y talento.
  • El éxito y sentido del logro, mediante el establecimiento de metas.

Selligman los sintetiza en lo que llama el P.E.R.M.A, siglas en inglés de los factores anteriormente enunciados. Afirma que el Perma de una persona, o de una organización es evaluable, primero a través de cuestionarios y últimamente con la ayuda del Big Data, y que efectivamente se pueden implementar acciones que nos ayuden a incrementar su valor, lo que podría demostrarse incluso empíricamente.

Si aceptamos pues esta corriente de la psicología la respuesta a nuestra pregunta sería SI, pero a mí me gustaría llamar su atención sobre algunas premisas sin las cuales esta afirmación no sería plausible.

La anécdota de carácter autocrítico es bien conocida. Tres profesionales naufragan y acaban en una remota isla perdida sin comida ni agua. Después de unos días unas latas de conserva aparecen en la orilla y entre nuestros protagonistas se plantea cómo abrirlas. El primero, ingeniero de profesión propone poner las latas al sol pues el calor ayudará a debilitar el metal y se podrá abrir fácilmente, pero desgraciadamente el cielo estaba totalmente encapotado. El segundo, antropólogo e historiador, recordaba que los egipcios preparaban un mejunje con hojas de palmera y pulpa de coco con el que reblandecían el metal, pero ni palmeras ni cocos había en la isla. Todos miraron al tercero, psicólogo y coach de profesión que tras sentirse vivamente interpelado afirmó “supongamos que tenemos un abrelatas.”

“Primun vivere deinde philosophare” que decía Aristóteles, es decir la primera condición que ha de darse para poder implementar un plan de mejora del bienestar de la plantilla ha de ser analizar cómo son las condiciones básicas, seguridad, equidad, retribuciones etc…

La segunda condición tiene que ver con los recuerdos, experiencias, valores y expectativas de las personas. El otro día nos acercamos al centro de Sevilla que se encontraba totalmente abarrotado hasta el punto de ser realmente complicado dar tres pasos seguidos. Yo miré a mi acompañante que con cara de entusiasmo me dijo ¡vaya ambientazo! El bienestar es una percepción subjetiva y eso dificulta sobremanera la estandarización de las acciones a incluir en un plan de este tipo.

En tercer lugar, hay que tener en cuenta que, tratándose del bienestar personal, tanto el que da cómo el que recibe han de tener una predisposición abierta a interactuar. Pongamos el ejemplo de un socorrista. Probablemente si le lanzara un flotador a una persona que lleva tres días en medio del mar, este le estaría eternamente agradecido, pero si la persona está dando un paseo por la calle, es más que seguro que se lo devolvería con algún improperio.

Por último, nuestro bienestar está íntimamente ligado a nuestro grado de madurez, que para lo que nos ocupa, consiste básicamente en reducir al máximo el número de ocasiones en las que nos podemos engañar a nosotros mismos. Un grado de madurez alto nos ayudará a valorar con mayor rigor la bondad de nuestros sentimientos, la autenticidad de nuestros compromisos, la calidad de nuestras relaciones y el valor real de lo conseguido.

En este sentido, y por razones obvias, pymes y autónomos cuentan con un campo de trabajo en el que realmente pueden ser más eficaces que las grandes y medianas empresas, lo que sin duda les brinda una oportunidad de crecimiento real e inteligente.

Saber reírse de uno mismo, aun equivocándonos, es un ejercicio emocionalmente sano, que requiere inteligencia, madurez y una gran dosis de liderazgo, reflejando claramente el nivel de bienestar interno de una persona de ahí el valor que le atribuía Jose Manuel Lara.

¿Cómo elaborar un Plan de Bienestar Organizacional a nivel de pymes y autónomos? Honeyguide incluye en su metodología una herramienta útil, sencilla, inteligente y rápida a la que dedicaremos el próximo artículo.