Un liderazgo transformador requiere saber compartir la energía

Vaya por delante, como decíamos en artículos anteriores, que no nos estamos refiriendo a ningún concepto espiritual o místico, sino a una magnitud física perfectamente medible en cada una de sus manifestaciones.

En las artes marciales tradicionales existe un concepto ( ) que fonéticamente podríamos pronunciar como Maai, que en una traducción más o menos literal significaría “la distancia que une”. Quizás para nosotros sea un tanto confusa la expresión ya que distancia y unión son ideas que nos pueden parecer antagónicas pues sólo le damos al término distancia un significado espacial. Sin embargo, para un prácticamente experto esta expresión se traduce como “aquella distancia en la cual TÚ eres capaz de percibir la energía del otro”. Por ejemplo, en combate la determinación de tu Maai es fundamental para la elección de la estrategia a emplear.

No se trata de una magnitud constante. A veces pueden ser varios metros, otros apenas unos centímetros, depende de la capacidad de proyección de tu consciencia de la que seas capaz. Si una persona entra en tu Maai inmediatamente se sentirá conectada a tu energía percibiendo nítidamente aquello que quieras transmitirle.

El Método Honeyguide utiliza este concepto como principio “intelligence & energy shared”. Hay personas que tienen un don natural para conectar y compartir energía con los demás. Todos nosotros conocemos seguramente a alguien que cuando conversamos o nos abraza sentimos como nos cargamos de energía. Igualmente nos puede ocurrir en sentido contrario. Evidentemente de las segundas se recomienda huir. A las primeras la escritora Marian Rojas-Estapé las denomina “personas vitamina”.

No obstante, lo habitual es que vayamos adquiriendo esta facultad en base a un entrenamiento adecuado. En él se han de adquirir una serie de conocimientos, actitudes y técnicas que son necesarias primero para reconocer, y luego proyectar nuestro Maai. Cuando abordamos individual o colectivamente el tema del liderazgo esto es algo que trabajamos de una forma sistemática.

En Honeyguide cuando trabajamos cuestiones relacionadas con la gestión empresarial, tanto en el formato T.F.A. (Training for acción) como en el F.S. (Focal sesión) los primeros minutos intentamos conectar para comenzar compartiendo nuestra energía. Una vez hecho esto abordamos el asunto en cuestión, financiero, estratégico, comercial etc…, con una actitud más creativa, valiente e inteligente fruto de una mejora significativa de nuestras capacidades.

¿Qué ha ocurrido para que se produzca este pequeño milagro? Como decíamos en nuestro anterior artículo, “¿Qué hacer cuando tu energía se agota?”, la neurociencia ha puesto de manifiesto la influencia del cuerpo en nuestro cerebro. En nuestro caso una serie de ejercicios han hecho que nuestro sistema límbico, más concretamente el hipotálamo, produzca hormonas como la oxitocina y endorfina, que ayudan entre otras cosas a mejorar nuestra capacidad de atención, nuestra memoria, aumenta nuestra confianza tanto en nosotros mismos como en los demás, estamos más abiertos a la generosidad, reducen los miedos, además de mejorar nuestra sensación de bienestar y nuestro sistema inmunitario.

Pero el hipotálamo está en la parte inconsciente de nuestro cerebro, por lo que la práctica también ha de servir para que toda esta información llegue a nuestra parte consciente, la corteza. Apenas unos segundos después traducirá todas estas sensaciones positivas en acciones conscientes. Desde un punto de vista de la toma de decisiones empresariales este paso es fundamental, ya que, de no ser así podemos ser víctimas, por ejemplo, de lo que se conoce como “afección heurística” una emoción pasajera de positividad que nos puede inducir a tomar decisiones a muy corto plazo con una vida útil muy breve. Es el caso por ejemplo del tipo de decisiones que tomamos a principios de año, rodeados de familiares y amigos, con una copita de más (Ir al gimnasio, aprender inglés…)

Por tanto, dado que el Método Honeyguide  sí propicia el paso del inconsciente a la parte de nuestro cerebro consciente, en la práctica mejora nuestra capacidad de análisis, nuestra creatividad en la búsqueda de alternativas, y nos proporciona una mayor valentía a la hora de tomar decisiones.

Al igual que personas, hay espacios con los que conectamos proporcionándonos igualmente nueva energía. Algunos son naturales como el agua, un bosque, e incluso intangibles como un paisaje, o un sonido. En estos casos la información nos llega por canales externos, vista, oído etc… y por tanto el proceso de energización es diferente, produciéndonos un tipo de energía difícil de gestionar desde un punto de vista empresarial.

En nuestro caso, cuando abordamos una situación empresarial compleja debemos ser capaces de tener a nuestra disposición la energía necesaria para afrontar con serenidad la cuestión, y poder tomar las mejores decisiones posibles.

Es por ello que hemos creado el Espacio Honeyguide un entorno funcional que por sus características físicas y su protocolo de comportamiento genera casi de inmediato sinergias positivas, favoreciendo en primer lugar una“carga rápida” de energía que favorece una reflexión compartida sobre las posibilidades y alternativas en orden al establecimiento de un plan de acción.

Resulta evidente que para el ejercicio de un liderazgo transformador se ha de contar con esta capacidad de compartir energía El Maai de un líder transformador, término acuñado por James MacGregor Burns en 1978,  ha de ser percibido por la organización de tal forma que su sola presencia tenga un impacto positivo, anime a creer en el sentido del cambio que se propone, y por tanto aumente el sentimiento de pertenecía en sus miembros a un propósito mayor, que como demuestra la psicología actual es el estado más duradero y estable de bienestar. De ello hablaremos en nuestro próximo artículo.